miércoles, 26 de octubre de 2011

Jordania Sur I: Mar Muerto

Con el relato del día 21 de Octubre empiezo a contar los 4 días de viaje por el Sur de Jordania (sur porque queda al sur de Amman) unos días de contrastes increíbles y aventuras y experiencias muy gratificantes.

El viernes, nos levantamos un poco más pronto de lo normal, a eso de las 9:00 ya estábamos desayunando y listos para salir a eso de las 10:00, normalmente Don Quijote es más madrugador que yo y salimos a la carretera hacia las 11:00. El plan era bajar al Mar Muerto desde el monte Nebo, darnos un baño flotador en las aguas saladas y seguir bordeando el mar interior hasta Petra donde dormiríamos para visitar la ciudad de los nabateos al día siguiente.

El camino hasta el mar era la misma carretera donde cenamos con el cabrero. El Mar Muerto es el punto más bajo de la tierra está a 400 metros bajo el nivel del mar y el paisaje hasta llegar al fondo de esta depresión es totalmente árido donde se retuerce la carretera que da acceso. Un paisaje muy especial donde precisamente vimos que estaban rodando un anuncio de un Range Rover (nuevo ??) si Jose Mari o Guillermo están aquí, no salimos de esa carretera en todo el día.

Llegando a la zona inferior del camino en uno de los "check points" que abundan en la zona, nos dijo un militar en medio inglés, que la carretera estaba "close for bussines" tras intentar convencerle de que nos dejara pasar, y hasta ofrecerle una pequeña suma de dinero a lo que respondió que un musulmán no admite dinero, nos volvimos carretera arriba hasta el monte Nebo donde hablamos con un escolta y un policía turístico y nos explicaron que había un forum mundial de economia y que la zona de hoteles del mar muerto estaba cerrada por tres días...

Nosotros que solo queríamos darnos un chapuzón, flotar por fin en el agua (cosa que hasta ese momento no había conseguido nunca, si se me hunden los pies y tras ellos todo el cuerpo) pero todo hacía indicar que deberíamos esperar hasta el lunes para intentarlo antes de devolver el coche y partir a Egipto, cambio de planes; el día lo dedicaríamos a ver los castillos del desierto, otra de las ofertas turísticas que tiene.

El caso es que viajando al sur y tras visitar un castillo, nos equivocamos de carretera y nos metimos hacia el Oeste otra vez al Mar Muerto, así que aprovechando el error seguimos hacia adelante a ver si entrando por el sur había más suerte, el mar Muerto lo recorre una carretera de norte a sur y solo tiene dos accesos por los extremos, paramos a comer en Al Karak, donde está la fortaleza más grande de Jordania y que visitamos; tiene un montón de estancias y pasillos internos que se pueden visitar. Tras la comida preguntamos a unos policías si se podía bajar al Dead Sea y nos contaron otra vez que closed, y al preguntarle al camarero del restaurante, nos indicó que lo que estaba cerrado era el acceso a los hoteles pero que si queríamos bañarnos podíamos hacerlo sin problema!

Rápidamente cogimos el coche y bajamos y tras pasar por dos controles, con la advertencia de que la carretera estaba cortada, llegamos al tercero donde nos impidieron el paso, pero para entonces ya nos habíamos adentrado suficiente en el Mar como para ver el increíble paisaje que tiene y poder disfrutar de sus aguas, así que dejamos el coche y corrimos a flotar al agua!

Y si, se flota y mucho, el agua es casi como un aceite super salado y te deja el cuerpo y todo lo que toca como cubierto de un gel de sal que cuando se seca se endurece y queda una piedra blanca que cubre las rocas de la costa.

Tras unas risas, fotos y experimentos absurdos como intentar flotar de pie, o nadar para comprobar que se va más rápido que no hacen más que te piquen más los ojos y los labios, nos aclaramos con agua mineral y ante el ataque de 1001 moscas decidimos huir de allí con destino Petra.

Todavía con la sensación de haber cumplido con otro de los puntos claves del viaje, llegamos a Petra tarde y en la oscuridad total que las velas que tenía el coche por faros no conseguía romper, aún así no libramos de atropellar un burro, aunque algún badén ya saltamos.

Ya en Petra buscamos un hotel, como es tradición nos tomamos un té en cada uno de los dos hoteles en los que entramos a regatear, una vez elegido el mejor de los dos, nos duchamos para quitar la costra de sal y salimos a buscar donde cenar. Entre unas cosas y otras terminamos cenando en un campamento beduino al pie de una pared de roca iluminada con velas al calor de una hoguera, en una cena improvisada que estaba muy buena por la que nos intentaron clavar 57 euros a lo que tras discutir nos negamos y pagamos solo 25; eso si al día siguiente estábamos invitados a volver y cenar gratis. Yo creo que el regateo se nos da bien...

Un gran día de aventura en víspera de la visita a Petra, primera maravilla del mundo visitada en este viaje.

FLOTAMOS!!!

Carretera al Dead Sea

Como de juguete

La mar salada

Cena en little Petra

1 comentario:

  1. Jjajajaaa, vuelves a los aclarados con agua mineral, al más estilo Ifri de Argelia..!! Pero yo diría que eso es más proprio de un bon vivant :)

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